Cadillac ha superado casi siempre a Lincoln en términos de ventas. La marca de lujo de General Motors esculpe constantemente una porción más grande del mercado nacional y ha logrado hacer incursiones mundiales. La división de lujo de Ford no lo ha hecho.
En China, por ejemplo, Cadillac vendió 228,043 unidades el año pasado, mientras Lincoln solo pudo vender 55.315.
La competencia en Estados Unidos está mas activa, ya que el año pasado General Motor vendió 154,702 Cadillac y Lincoln unos 103,587.
Cadillac está construyendo modelos más agresivos y deportivos, pasando de su posicionamiento tradicional a un espacio más concurrido, donde los fabricantes de automóviles alemanes tienen un dominio absoluto.
En cada presentación escuchamos a los ejecutivos de Cadillac predicar sobre su futuro como ver a Cadillac como el BMW estadounidense. Solo en sueños pasará.
Lincoln también ve una grieta donde puede penetrar y solo quiere producir autos de lujo, lo que le permite posicionarse como la marca de confort ante compradores que son fieles a los fabricantes americanos.
Cadillac se ha equivocado y esta ha estado perdiendo terreno en América del Norte, mientras que Lincoln se ha mantenido relativamente estable, por lo que es una batalla mucho más interesante entre las dos marcas.
Cadillac todavía usa los nombres alfanuméricos que dejan en duda a los consumidores de cual modelo es, mientras Lincoln se ha alejado de ellos.
Si uno le pregunta a un habitual comprador de Cadillac, que motor y en que segmento se vende el XT6, muy probable que no tenga idea. Pero un comprador de Lincoln sabe que el Aviator es un Ford Explorer disfrazado y más lujoso.
En algunos casos los compradores encuentran que numerar los automóviles es útil, pero para los vehículos lujosos, creen que estos merecen nombres.
Lincoln también se volvió alfanumérico durante varios años, pero ha cambiado de rumbo y está reemplazando lentamente la confusa sopa de letras con nombres reales con un tema náutico: Navigator, Aviator, Nautilus y Corsair.
Dependientes de un modelo
Los ejecutivos de Lincoln reconocen que mucho depende del Aviador. El presidente Joy Falotico dijo que podría convertirse en el modelo estadounidense más vendido de la marca, un título que posee el más pequeño Nautilus. El problema que el Aviator salió defectuoso de fábrica.
Los funcionarios de Lincoln han calificado el nuevo nombre y diseño del Aviator como el mejor modelo de la marca, y los diseñadores e ingenieros se encargaron de diferenciarlo del Ford Explorer, que está construido en la misma plataforma y línea de ensamblaje. Pero no es así.
A pesar de que se dice, que los equipos de desarrollo para los vehículos trabajaron en habitaciones separadas y no se les permitió hablar entre ellos, los Lincoln son nada más que Ford Fusionados con algo de lujo y más caros.
Mientras Cadillac continúe en su camino de querer competir con los automóviles alemanes sin crear su propia personalidad, se ira derrumbado de a poco, dejando a clientes que ni entienden de la nomenclatura de sus vehículos.
Por el lado de Lincoln reconstruir la base de clientes de Lincoln sigue siendo la principal preocupación y eso significa maximizar la satisfacción.
El fabricante dijo que enviará a algunos Aviadors de la planta de ensamblaje de Chicago recientemente remodelada a una en Flat Rock, Michigan, para unas inspecciones de calidad adicionales, ya que los modelos que han salido de Chicago en su mayoría han sido defectuosos.
Desde Detroit con amor
Detroit era una de las ciudades más ricas de Estados Unidos, claro, hace sesenta años atrás. La ciudad de la opulencia, con sus magníficos teatros, con las mansiones de los ejecutivos de la industria automotriz y los sedanes de lujo de 18 pies de largo, que cruzaban la avenida Woodward, muchos de ellos con el escudo de Cadillac o la cruz de Lincoln.
Los problemas raciales llevaron a Detroit a los disturbios de 1967, lo que condujo a que muchos ciudadanos y empresas, debieran retirarse desde el centro hasta los suburbios, ya que los trabajos automotrices también se trasladaron más lejos.
Luego del 67, Detroit nunca fue igual, y su declive culminó en bancarrota en 2013. Durante gran parte de las últimas dos décadas, Detroit ha sido mejor conocida por ser la ciudad menos amigable de los Estados Unidos.
Pero está cambiando, y Detroit quiere volver a su gloria, ya que se está reconstruyendo con una vertiginosa asombrosa, con variedad de nuevas empresas corporativas, nuevos restaurantes, elegantes bares, grandes cadenas de hoteles, mientras muchos constructores están restaurando grandes edificios antiguos.
El edificio que da la imagen a Detroit, el Renaissance center, estuvo en manos de Ford y paso a manos de General Motors. Lo que da la idea como como puede cambiar la imagen de uno al otro.
Pero todo este proceso parece ajeno tanto a Ford que se está tambaleando, mientras General Motors está mirando un futuro con diferentes formas de movilidad.
A todo esto, tanto Cadillac como Lincoln siguen su curso normal de tratar de encontrarle la vuelta a su negocio y tener un camino directo a sus años de gloria.
El futuro para las dos marcas
Cadillac conserva un nombre de Gloria, pero ya no le basta para las nuevas generaciones. Mientras Lincoln solo busca una fiel porción del mercado.
Todavía Cadillac mantiene su sueño de competir con los automóviles europeos, algo que cualquier ciego vaticina que ya no puede competir ni con los coreanos de lujo, mientras Lincoln solo espera quedarse con una pequeña porción de segmento con modelos y servicio de lujo.
La antigua lucha entre los grandes fabricantes de modelos de lujo de Detroit, se va compactando a una pelea por un segmento que ya les está dando la espalda.
Si Cadillac seguirá el camino de Pontiac y Oldsmobile y si Lincoln seguirá el camino de Mercury, falta mucho por verse, pero una recesión les puede abrir la puerta de su definitiva salida.
Por ahora habrá nuevos productos por venir de Lincoln y Cadillac, ya que esta carrera está lejos de terminar. Pero lo difícil será recuperar algo de su antigua gloria, que ya se perdió en el horizonte.