Ford pudiera estar al borde de la bancarrota, algo que ya ha pasado cuando se declaró en bancarrota dos veces con Henry Ford, su propietario original.
La recesión del 2008 al 2010 hizo que los tres fabricantes de automóviles de Detroit tomaran préstamos gubernamentales cuando George W. Bush les otorgó esos préstamos.
Si no hubieran tenido estos préstamos del gobierno, los fabricantes de automóviles de Detroit habrían ido a la quiebra.
Ford no pidió el dinero, pero dijo que todavía lo necesitaba, así que otras palabras, Ford si pidió el dinero.
Chrysler tuvo la suerte de ser adquirido a bajo costo por Fiat, a pesar de que en el 2017 hubo rumores de que Chrysler vendería Jeep a los chinos.
GM pagó la mayoría de sus préstamos, a partir de 2018, los 1.300 millones adeudados, ya que la compañía se puso en camino a otro nivel, no tan grande como lo era.
El rescate de Ford no fue del todo popular entre el público, considerando que la marca del ovalo azul construiría autos de bajo consumo de combustible, que no son solo autos pequeños, como los limones que ya están descontinuando.
Entre que no pidió y si recibió, Ford le debía al gobierno 5.9 billones a partir de 2018, (no pude obtener un número exacto).
Ford incumplió con su préstamo de compra en el 2009, y ahora tiene plazo para pagar hasta el 2022, año en que se especula que llegará la bancarrota de la marca, salvo que un nuevo Lee Iacocca los salve, algo que está muy lejos entre sus mediocres ejecutivos.
El fabricante recibe menos atención de los medios que General Motors, que ha sido criticada repetidamente por el presidente Trump por cerrar fábricas estadounidenses, pero que los acuerdos con las uniones ya lo han puesto en buenos caminos.
Ford enfrenta los mismos desafíos que su rival más grande, con altos costos de mano de obra y materiales, que pesan sobre los resultados al final de una expansión económica de una década.
Pero ese no es el mayor problema de Ford con los medios, el problema lo tiene con la Fiat Chrysler que se le está acercando en ventas, lo que lo dejaría como la tercera de Detroit y con mucha prensa negativa, con una gran atención de los medios en este caso.
Muchos analistas de Wall Street ahora esperan que Ford pierda las ganancias por acción (EPS) del cuarto trimestre y las estimaciones de ingresos, y los resultados se informarán en Diciembre, por lo que una mala noticia bomba pudiera llegar para la navidad.
Una rebaja de la deuda de septiembre por parte de Moody’s también ha provocado especulaciones de que Ford enfrentará problemas de liquidez en los próximos años, renovando las preocupaciones que cesaron después de que la acción cayó a un mínimo de varias décadas durante el mercado bajista de la última década.
Un plan de reestructuración muy atrasado podría ser costoso y tomar muchos años para producir resultados, lo que aumenta el temor de que los sufridos inversionistas. sean bombardeados por los titulares que cuestionan la viabilidad a largo plazo de Ford.
Por ahora Ford no tiene armas para ganar ninguna batalla en algún segmento. Sus sedanes están descontinuados y no son fiables, los nuevos SUV’s salieron de fábrica con problemas, y su deportivo Mustang ya no es icónico ni tiene el apoyo de nuevos compradores, que se están volcando al Dodge Challenger, que tiene mejor valor de reventa.
Mientras el mercado hispano lo ha estado perdiendo de una manera insólita, ya que sus recursos en publicidad, mercadeo y relaciones públicas, van dirigidas a un público que ya se alejó de la marca para recaer entre los japoneses y coreanos.
Para mi entender, Ford está al borde de una quiebra anunciada, y ningún Mustang eléctrico, SUV exótico o vehículo volador, pudiera salvarlo de lo que se salvó con la última recesión.
Ford tiene como emblema el “Go Futher”, es decir “Ir más Lejos”, algo que debería cambiar a “we can’t Go Futher”, “No podemos ir más lejos”, ya que el camino de Ford es cada día mas corto.