El Parque Nacional de los Cráteres de la Luna, ubicado en Idaho, Estados Unidos, es un destino surrealista que evoca la sensación de estar en un mundo totalmente distinto. Este paraje único, caracterizado por sus vastos campos de lava y formaciones geológicas singulares, ofrece una experiencia cercana a lo que sería caminar sobre la superficie lunar.
El parque se originó a través de una serie de erupciones volcánicas que comenzaron hace unos 15,000 años. Estas erupciones crearon un paisaje de lava solidificada, con un vasto manto de roca negra y rugosa, túneles de lava, conos volcánicos y enormes cráteres que dan nombre al parque.
Este terreno, casi carente de vegetación, con sus tonalidades oscuras y formas extraordinarias, hace que los visitantes se sientan como si hubieran aterrizado en otro planeta.
El parque no solo es un destino fascinante para los amantes de la geología y la naturaleza, sino que también ha servido como campo de entrenamiento para astronautas de la NASA, debido a su parecido con la superficie lunar.
Los Cráteres de la Luna ofrecen diversas actividades, como senderismo por sus peculiares rutas, exploración de cuevas de lava, y la oportunidad de observar un cielo nocturno estrellado, gracias a la ausencia de contaminación lumínica.
Este parque nacional es una joya oculta que permite a los visitantes experimentar la maravilla de un paisaje que parece, en todos los sentidos, de otro mundo.
Lo ideal es visitarlo entre mayo y septiembre para aprovechar al máximo lo que el Parque Nacional de los Cráteres de la Luna tiene para ofrecer, tanto en términos de clima como de accesibilidad.
Yuniet Blanco Salas